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¿Es hora de incluir microorganismos vivos y seguros como componentes de una dieta equilibrada?

Los hábitos alimenticios modernos han llevado a una disminución en la cantidad de microorganismos beneficiosos que los humanos obtienen de la dieta

Juntos, el procesamiento de alimentos, la purificación del agua y la higiene han llevado a reducir la exposición a ciertos microorganismos inofensivos. Si bien esta falta de exposición microbiana ha ayudado a mantener a raya las enfermedades infecciosas, algunos sospechan que la exposición reducida a microbios vivos puede desempeñar un papel en el aumento de la prevalencia de enfermedades alérgicas y autoinmunes, junto con la obesidad.

Al principio de la evolución humana, el sistema inmunitario, y en particular el sistema inmunitario ubicado en el intestino que representa el 70 % de las células inmunitarias humanas, encontró una gran cantidad de microorganismos a través de la dieta, pero la dieta industrializada de tiempos más recientes da como resultado un menor consumo de microbios.

Los científicos plantean la hipótesis de que el sistema inmunitario humano no ha tenido tiempo suficiente para adaptarse a los niveles más bajos actuales de microorganismos vivos y seguros en la dieta. Y eso podría explicar el aumento de las enfermedades modernas que hacen que el sistema inmunológico se comporte mal en respuesta a los alimentos (alergias alimentarias), la microbiota intestinal misma e incluso contra nuestro cuerpo (enfermedades autoinmunes). Por ejemplo, las enfermedades inflamatorias del intestino se caracterizan por una respuesta inmunitaria excesiva a la microbiota intestinal, mientras que en la tiroiditis de Hashimoto el sistema inmunitario ataca a la glándula tiroides.

 

¿Qué puede hacer seguro, en vivo  los microorganismos en su dieta hacen por usted?

La hipótesis de que los microorganismos de la dieta podrían contribuir a la salud humana está respaldada por muchas líneas de pensamiento. El inmunólogo ganador del Premio Nobel Ilya Metchnikoff observó hace más de 100 años que los campesinos búlgaros que ingirieron grandes cantidades de productos lácteos fermentados vivían más tiempo. Las investigaciones sobre las dietas tribales llenas de fibra y microbios vivos en comparación con las dietas bajas en fibra y más estériles de las personas industrializadas han mostrado marcadas diferencias en la microbiota fecal, con diferencias asociadas en los resultados de salud. Finalmente, un par de décadas de ensayos controlados en humanos sobre probióticos han demostrado que el consumo de grandes cantidades de al menos algunos microbios vivos mejora diferentes resultados de salud. Estos van desde mitigar problemas relacionados con el intestino hasta proteger contra infecciones del tracto respiratorio superior y prevenir la dermatitis atópica. Incluso en personas sanas, los cultivos de yogur pueden mejorar la digestión de la lactosa y algunos probióticos ayudan a controlar los síntomas gastrointestinales inferiores.

Tales observaciones convergen en la idea de que el consumo de microbios vivos, incluidos los probióticos, puede ser un medio para mejorar la salud a lo largo de la vida. Esto fue sugerido recientemente por un equipo de científicos bajo los auspicios de ISAPP. Estos científicos pidieron una evaluación de la evidencia disponible, así como la aclaración de las lagunas de investigación que deben llenarse para abordar esta hipótesis.

Los alimentos fermentados pueden contribuir a aumentar la diversidad de microorganismos saludables en las dietas

Una de las maneras más fáciles de incorporar microorganismos vivos y seguros en su vida diaria es a través de la dieta. Se ha propuesto, por ejemplo, que los alimentos fermentados comprendan una nueva adición a las pirámides alimenticias en Canadá, lo que lleva a un quinto grupo de alimentos más allá de la carne, las verduras, los lácteos y los cereales.

Los próximos pasos para los científicos incluyen el desarrollo de bases de datos que incorporen estimaciones de la cantidad de microorganismos vivos en los alimentos, así como la recopilación de evidencia actualmente conocida sobre el consumo de microbios vivos y la salud. Es probable que se necesiten estudios adicionales bien controlados a largo plazo antes de poder proponer recomendaciones dietéticas sobre el consumo de microbios vivos.

Referencias:

El nuevo documento dirigido por ISAPP pide que se investiguen las pruebas de los vínculos entre los microbios alimentarios vivos y la salud. 4 de diciembre de 2020.

Sanders ME, Merenstein D, Merrifield CA, et al. Probióticos para uso humano. Boletín de nutrición . 2018. doi:10.1111/nbu.12334.

Marco ML, Hill C, Hutkins R, et al. ¿Debe haber una ingesta diaria recomendada de microbios? J Nutr . 2020; 150(12):3061-3067. doi:10.1093/jn/nxaa323.

Hill C, Guarner F, Reid G, et al. Documento de consenso de expertos. Declaración de consenso de la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos sobre el alcance y el uso apropiado del término probiótico. Nat Rev Gastroenterol Hepatol . 2014; 11(8):506-514. doi:10.1038/nrgastro.2014.66.

Hill C. RDA para microbios:¿está recibiendo su dosis diaria? Bioquímica (Londres) . 2018; 40(4):22-25. doi:10.1042/BIO04004022.

Metchnikoff E. La prolongación de la vida, 1845-1916


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